Muchos crecimos viendo películas Disney, donde bellas adolescentes con bubis ultra desarrolladas de pronto logran sus sueños, los que están directamente relacionados con un hombre. Sin embargo, de grande me fui dando cuenta de muchas cosas:
Por ejemplo ¿Qué mierda el rollo de Walt Disney con su mamá? En las películas casi nunca están presente, o sino son una mierda de madrastras. A Bambi lo cagó de una y para qué hablar del Rey León, si la mina nunca lo buscó (en ese caso lo perdono, ya que la historia está inspirada de Hamlet de Shakespeare).
Pero vamos al grano: Las princesas nos mostraban un ideal de vida súper estereotipado y saco de hueas. He aquí mi ranking de las tres peores princesas Disney:
3° Lugar: La Bella Durmiente
Pajera de mierda: Le dijeron mil veces que no se pinchara con una puta aguja, ¿y qué es lo que hizo? Se pinchó. Me suena a analogía drogadicta a ratos, pero filo. Me da lata porque duerme y duerme y nada depende de ella. Todo es el destino, la maldición y si no llega un mijito rico a rescatarla, la tonta no puede hacer nada al respecto. ¿Cómo tan pajera? ¡Haz algo con tu vida, mierda!
2° Lugar: La Sirenita
De la peor calaña: Le da lo mismo abandonar a sus amigos, su casa y su familia con tal de moverle el poto a un millonario. Incluso hace tratos con una vieja demente que OBVIAMENTE la va a terminar cagando.
¿Qué aprendimos? Que siempre queremos lo que no tenemos y que nunca sabemos apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos. El problema es que la enseñanza de la película nos hace creer que puedes abandonarlo todo por un hombre y da lo mismo. Oh lord, cómo tan mal agradecida.
Y el primer lugar de las peores princesas Disney es para…
La Bella y La Bestia
Al igual que en la sirenita, tampoco hay presencia de figura materna. A esta mina le encanta leer y fantasear, hasta que es raptada por un monstruo. Aquí es donde ocurre el síndrome de Estocolmo y la muy tarada se enamora de su raptor, jurando que «algún día va a cambiar». De hecho, así termina la película: El loco se enamora y se transforma en el medio mino, pero seamos realistas: ESO NO PASA EN LA VIDA REAL. Los monstruos son monstruos y no puedes esperar a que cambien porque sí. Es como una oda a la mujer maltratada que sigue con el golpeador.
En fin, no sé si estén de acuerdo conmigo. Estoy buscando algún libro con los traumas de este pelotudo de Walt Disney, pero si no existe, lo escribo yo. Y qué tanto.